David Álvarez
EFE.- Rafa Nadal, aunque todavía tenista en activo y con unos Juegos Olímpicos a la vista, ejerce ya de empresario de éxito y lo hace desde el sector de la hostelería, una actividad cercana a cualquier mediterráneo.
Nadal ha apostado en esta aventura por una cadena que también le es próxima como balear, Melià Hotels, con la que ha creado la marca ZEL y con la que acaba de inaugurar el resort ZEL Costa Brava en Tossa de Mar.
Aquel rincón del Ampurdán en el que Ava Gardner rodó ‘Pantora y el holandés errante’ hace casi tres cuartos de siglo acoge ahora esta propuesta mediterránea, a cuya puesta de largo acudió el deportista balear, pero también otros de diferentes disciplinas y amigos suyos como el piloto Marc Márquez o el exNBA Marc Gasol.
Leyendas y romances
Cuenta la leyenda, publicada en diarios de la época e inspiradora de literatura todavía a día de hoy, que si Frank Sinatra apareció por sorpresa en Tossa de Mar en 1941 fue por los celos de un posible romance entre ‘El animal más bello del mundo’ y uno de sus compañeros de reparto, el torero español Mario Cabré.
Siete décadas después, Rafa Nadal reconoce la grata sorpresa que le causó conocer esta villa medieval amurallada que todavía es objeto de elección por parte de directores de películas y series como sucedió recientemente con la producción coreana ‘La leyenda del mar azul’.
Numerosos visitantes de ese país hacen cola a diario para fotografiarse en los mismos escenarios que sus ídolos y, ahora, la población incorpora un nuevo icono: el hotel de Nadal.
ZEL Costa Brava, que abrió puertas el pasado 1 de junio, se acaba de inaugurar a lo grande con una fiesta plagada de caras conocidas y donde los protagonistas fueron Rafa Nadal junto a las otras dos patas del proyecto: el consejero delegado de Melià Hotels International, Gabriel Escarrer, y el responsable hotelero del grupo inmobiliario Azora, Javier Arús, en representación de la propiedad.
Una casa del Mediterráneo
Los tres explicaron el proyecto, que Escarré definió como un deseo de poner a disposición de los clientes «una casa del Mediterráneo» a los pies de una cala idílica, conocida como Giverola y donde recordó que, durante dos años, se ha rodado «un famoso spot publicitario de una famosa marca de cervezas».
Con 214 habitaciones y tras una reforma integral en la que sólo se ha preservado íntegramente la plantilla del anterior hotel que había allí, el nuevo complejo hotelero nace según las personas que están detrás de la idea para competir «cara a cara» con los cinco estrellas.
Hasta el primer ministro de Albania, Edi Rama, se acercó a la fiesta para testimoniar que la marca se encuentra en plena fase de expansión, que próximamente desembarcará en Madrid, México y Punta Cana y que acaba de llegar a un acuerdo para que lo haga también en su país.
La cadena se estrenó en Baleares, continúa en Cataluña, pero afronta un plan de crecimiento confirmado por Javier Arús en el corte de la cinta del hotel de Tossa de Mar: «Después de éste, vendrán muchos«.
Atracción de los Nadal
Arús elogió el «magnetismo y la capacidad de atracción de Rafa y la familia Nadal» y «la magia que es capaz de crear Gabriel Escarrer y su equipo», con lo que avaló el respaldo de Azora a la marca.
Pero quien declaró abiertamente que estaba «feliz» fue Rafa Nadal, satisfecho con la acogida que está teniendo su experiencia desde que comenzó a trabajar la idea con Escarrer, con quien comparte la condición de «gran enamorado del Mediterráneo».
Considera que los originarios de esta parte del mundo tiene casi la «obligación» de mostrarla al mundo y espera hacerlo ahora desde Tossa de Mar, la otra ‘casa’ de Ava Gardner.