Suite información. Redacción Ginebra. 1 julio 2024. El programa «Vacaciones en Paz», implementado por el grupo armado del Polisario, pretende ofrecer a los niños saharauis estancias en Europa en el marco de su causa separatista. Sin embargo, detrás de esta aparente generosidad, se esconde una inquietante y alarmante realidad: una trata humana que priva a estos niños de sus derechos religiosos, culturales e identitarios.
Vacaciones en Paz: Pruebas contundentes
Pruebas contundentes, incluidas las fotos adjuntas a este artículo, muestran la manipulación de la que estos niños son víctimas. Las imágenes revelan a niños saharauis refugiados en Francia, obligados a asistir a una misa dominical. Esta situación ilustra de manera flagrante el intento de borrar su identidad religiosa musulmana y sus tradiciones hassaní saharauis.

Estos niños, arrancados de su entorno cultural y religioso, se ven forzados a adoptar prácticas ajenas, poniendo en peligro su integridad y desarrollo personal. Bajo el pretexto de la filantropía, este programa parece tener como objetivo convertirlos en ateos o adherentes a otras religiones, alejándolos irreversiblemente de su fe musulmana y su cultura conservadora.
Las familias saharauis, a menudo impotentes ante esta situación, denuncian firmemente esta explotación. Acusan al Polisario de manipular y utilizar a sus hijos con fines políticos e ideológicos. Los niños, por su parte, sufren un profundo choque cultural y una crisis identitaria, encontrándose en entornos donde sus creencias y su cultura no son respetadas.
Toma de consciencia
Es crucial que la comunidad internacional tome conciencia de esta problemática e intervenga para proteger a estos niños vulnerables. El respeto a sus derechos fundamentales, su religión y su cultura debe ser una prioridad absoluta. Es inaceptable que, bajo el pretexto de vacaciones, estos jóvenes sean utilizados como herramientas en una lucha política que les priva de su dignidad y su identidad.
La comunidad saharaui y los defensores de los derechos humanos deben unirse para denunciar estas prácticas y exigir acciones concretas para poner fin a este programa «Vacaciones en Paz». Los derechos de los niños saharauis deben ser restaurados y su integridad protegida contra tales manipulaciones. La lucha por la justicia y la preservación de su identidad cultural y religiosa debe continuar sin descanso.
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