REDACCION. Pablo Barrón. suiteinformación.- En abril de 2021, el mundo del fútbol fue testigo de un terremoto sin precedentes cuando doce de los clubes más grandes de Europa anunciaron la creación de la Superliga. Esta propuesta, que buscaba cambiar radicalmente la estructura del fútbol europeo, generó una oleada de controversias, críticas y debates en la comunidad futbolística y más allá.
La Superliga Europea fue concebida como una competición cerrada entre los clubes más poderosos del continente, separándose de la tradicional Liga de Campeones de la UEFA. Los clubes fundadores incluían nombres ilustres como Real Madrid, Barcelona, Manchester United, Juventus, y otros, pero la idea no fue bien recibida por muchos, incluidos aficionados, jugadores, entrenadores y organismos rectores del fútbol.
Una de las críticas más fuertes provenía de los aficionados, quienes veían la Superliga como una amenaza para la esencia misma del fútbol. La competición cerrada implicaba que los clubes fundadores estarían garantizados en participar año tras año, independientemente de su rendimiento en sus ligas nacionales. Esto llevó a la percepción de que la meritocracia y la emoción de la competición se verían comprometidas.
Varios jugadores y entrenadores expresaron su desaprobación ante la Superliga. Argumentaron que la competición cerrada disminuiría las oportunidades para clubes más pequeños de ascender y competir con los gigantes europeos. Además, se señaló que la falta de competencia real podría afectar negativamente el desarrollo de jugadores y la calidad general del fútbol.
La UEFA y las ligas nacionales también rechazaron enérgicamente la Superliga. Amenazaron con sanciones, como la exclusión de los clubes participantes de otras competiciones y la prohibición de sus jugadores de participar en torneos internacionales. Esta presión llevó a que varios clubes abandonaran el proyecto, debilitando su viabilidad.
En cuestión de días, varios clubes fundadores, bajo la creciente presión y las críticas, decidieron retirarse de la Superliga. Este movimiento fue visto como una victoria para la voz de los aficionados y una señal de que la esencia del fútbol aún prevalece sobre los intereses económicos.
La breve pero intensa saga de la Superliga Europea dejó lecciones importantes para el mundo del fútbol. Mostró la importancia de la conexión entre los clubes, los jugadores y los aficionados, así como la necesidad de considerar cuidadosamente el equilibrio entre la competencia y la estabilidad financiera.
Aunque la Superliga Europea parecía no llegara a materializarse en ese momento su impacto fue significativo en el mundo del fútbol.
Sin embargo el gran mentor Florentino Perez creó en Madrid A22 Sports Managment , la empresa asesora en el proceso de creación de la nueva competición, utilizada por todos los clubs europeos propulsores de la misma. Al proyecto llega de jefazo, el alemán Bernd Reichart el CEO de A22. Un hombre íntimamente relacionado con los medios de comunicación al poseer experiencia en medios importantes de varios países, entre ellos Atresmedia en España. A pesar de ello meses de incertidumbre, equipos abandonaron el barco, otros se quedaban, muchas dudas y diversidad de opiniones sobre en que quedaría el famoso asunto de la Superliga, con todos conscientes de que de autorizarse su existencia, se pondría fin a 69 años de monopolio en el mundo del futbol.
La decisión del TJUE, llego y es favorable. Los Clubs pueden incorporarse, organizar y gestionar competiciones de futbol europeas.
Una vez mas el presidente del Real Madrid demostró que su inversión en A22 Sport Managment no fue un sueño de una noche del mes de abril.