Manuel Recio Abad. suiteinformacion.- Spencer Johnson es el autor de uno de los libros más vendidos titulado ¿Quién se ha llevado mi queso?” . Imposible no haberlo visto en algún expositor o escaparate de alguna librería. Se trata de un pequeño libro de fácil lectura destinado a autodidactas. Nos sugiere el autor que para tener éxito en la vida es fundamental saber adaptarse a los cambios que se produzcan en el medio donde vivas. Hay que saber marcar objetivos y no tener miedo ni excusa alguna a la hora de ponerse a trabajar para alcanzarlos.
Sin embargo una inmensa mayoría de seres humanos se paralizan ante los cambios y no sólo ante estos, también se sienten petrificados frente a los salvadores del mundo que tratan de imponer sus propias teorías, formas y sistemas para, buscando en exclusiva su propio beneficio, complicarle la vida a todos los demás. ¿Cobardía? ¿Miedo? ¿Dejadez?, ¿egoísmo?. De todo un poco, pero la inacción es letal para una sociedad que ni se adapta ni reacciona. La pasividad de la comunidad internacional en relación al asalto al espíritu de los valores democráticos perpetrado por Maduro, riéndose del resultado salido de las urnas, demuestra que todo es una gran mentira, que cada cual va a lo suyo y que votar es de las actuaciones más estúpidas y banales que pueda realizar el ser humano. Con Edmundo exportado le han facilitado sus abusos.
Volverán las campañas en España y Venezuela e intentarán convencernos de que hay que votar, que un voto es muy importante, es la expresión de nuestro sistema, que la voluntad del pueblo es la base de la democracia. Mentira. No se observa ni pulcritud ni respeto a la voluntad de las mayorías. Mandan las minorías sumando o sin sumar con el autócrata al frente. Todo vale. Al final el poder se refuerza y enroca para permanecer, lo diga la ciudadanía o no.
Que te roben el voto es mucho más trascendente que alguien se lleve de un garaje imaginario el Lamborghini que nunca vas a tener.