Tal Día Como Hoy,
3 de Noviembre
pero de 1912,
El origen del “Monstruo”;
fue la trágica muerte de
Rafael Molina Martínez
“Lagartijo Chico” así
Doña Angustias quedó viuda
y desde antes de nacer
el IV Califa fue marcado
por la muerte y la tragedia,
así nació el mito de Manolete,
«La Tauromaquia

es la pasión que nos une…»
Hagamos de éste 2022
el año más Taurino
a pesar de las adversidades…
Felipe de Jesús Estrada Ramírez.
Cronista de la Ciudad…
Manuel Rodríguez “Manolete” era un predeterminado, no podía ser otra cosa que ser Torero. Por sus venas, en su sangre corría la vocación torera… Por parte de su madre, doña Angustias Sánchez, oriunda de Albacete estuvo casada con dos toreros: primero, con Lagartijo Chico, y, al enviudar, se casó con Manuel Rodríguez padre de Manolete. Su tío fue Bebe Chico y su tío abuelo era Pepete, que también murió en 1862 en la plaza de Madrid entre las astas de “Jocinero” otro Miura. La tragedia ya le traía en sus genes…


Mucho de lo que fue Manolete lo heredó de su madre Angustias Sánchez Martínez que nació en Albacete el 5 de abril de 1881, era hija de un empleado de ferrocarriles, una cordobesa integra con valores y honesta… Una mujer que la vida la hizo fuerte y no le quedaba más que sobreponerse a las adversidades y que el destino la dejaba una y otra vez sola, teniendo que sacar adelante a su familia. Angustias era una mujer guapa de cabellos negros y ojos vivos y oscuros, de cuerpo robusto y fuerte, era manchega de nacimiento… Viviendo en el barrio de la Merced conoce a Rafael Molina Martínez «Lagartijo Chico», fino artista del toreo sobrino de Rafael Molina Sánchez «Lagartijo» e hijo de Juan Molina Sánchez un gran peón de brega. Se casan el 25 de marzo de 1903 en la parroquia iglesia de San Andrés. De su primer matrimonio nacieron dos hijas, Dolores y Angustias y un varón que falleció a los cuatro años víctima de un accidente, al ingerir un líquido con sosa. Quedó viuda el 8 de abril de 1910, al morir Rafael a consecuencias de la tuberculosis cuando se esperaba de él lo más grande del toreo, por su gran porte, valor y estilo artístico… Al quedar viuda tiene que sacar su casa adelante con los escasos recursos que le dejó su esposo. Angustias se vuelve a casar en segundas nupcias con Manuel Rodríguez Sánchez «Manolete» Padre; matador de toros que anteriormente fue banderillero de su difunto esposo. Que no llegó a ser grande en el toreo por padecer problemas de visión. Se casaron el 3 de noviembre de 1912 en la parroquia de la barriada de Alcolea. Angustias el día de su boda llevaba luto y vestía traje negro. Manuel, lucía chaqueta y sombreo oscuro. Nacieron de este segundo matrimonio tres mujeres, Teresa, Ángela y Soledad y el que sería el grande de la tauromaquia Manuel. Se fueron a vivir a la calle Conde de Torres Cabreran, en Córdoba lugar donde nace Manuel Laureano Rodríguez Sánchez “Manolete” el 4 de julio de 1917, siendo bautizado en la parroquia iglesia de San Miguel…El padre de “Manolete” falleció el 4 de julio de 1923. Nuevamente Angustias Sánchez se encuentra sola y con el peso de tener que sacar adelante a su familia sin esposo… Decide dejar de vivir en la casa acomodada de Conde de Torres Cabrera para ir a alojarse a una casita, heredada de su primer esposo, en la famosa plaza de La Lagunilla en al castizo barrio de Santa Marina a escasos cien metros del Barrio del Matadero Viejo o de la Merced, cuna del toreo cordobés…. Doña Angustias se enfrenta una vida llena de sacrificios para subsanar los gastos de sus hijos, pero pronto encuentra fortaleza y apoyo en el joven Manuel que trabaja de todo para mitigar aquellos años de gran hambruna…


Fue doña Angustias una mujer de temperamento, una mujer fuerte, tuvo que dirigir su casa con mano de hierro, pero a la vez, era cariñosa y bondadosa. Esa fortaleza fue forjada con fuego viviendo primero la muerte de su hijo pequeño, después la de sus dos esposos y por último la de su amado hijo Manolete. La Vida le puso grandes pruebas de la que salió siempre con la frente en alto… Doña Angustias fue todo un símbolo al que le debemos reconocimiento y admiración sentida por ser el símbolo de las madres de todos los toreros, en razón a su sacrificio y abnegación hacia sus esposos e hijas e hijos, que como en el caso de doña Angustias tuvo que vivir la muerte de su primer y segundo esposo quedando viuda dos veces y la muerte de Manolete siendo la primera figura del Toreo… Doña Angustias Sánchez estuvo muchos años en su última etapa de su vida ciega pero con mucha lucidez. Llegó a vivir hasta los 99 años en la Avenida de Cervantes junto a sus hijas y nietos, entre ellos Rafael Soria Molina “Lagartijo”, popularmente llamado Rafalito «Lagartijo». Falleció el 10 de noviembre de 1980. Fue enterrada junto a su hijo, en el cementerio de Nuestra Señora de la Salud…
Esa fue la cuna y hierro que forjó a Manolete… Se metió en el toro porque, en la Córdoba de su juventud, aquel que lo lograba era la forma más rápida de salir de la pobreza… Con voluntad y amor propio, logró erigirse en primera figura y pudo comprarle a su madre y hermanas una cómoda casa en la avenida de Cervantes… Era Manolete un modelo a seguir que representaba para muchos españoles una esperanza y anhelo, al verle torear y olvidaron las penurias del temor y miedo de una España sombría y devastada de la posguerra…
Cuando triunfó, cuando más deseaba disfrutar de la vida y que había encontrado el amor en una bella mujer, la actriz Lupe Sino, cuyo verdadero nombre era Antonia Bronchalo Lopesino y deseaba dejar de lado la carga pesada que desde muy joven y desde que pisó por vez primera el albero, cargaba a sus espaldas cada temporada: “Qué ganas tengo de que llegue octubre”, repetía una y otra vez. La presión era exigente cada tarde y en aumento. “El público solo está contento conmigo si voy camino de la enfermería…” Un Miura le corneó y la transfusión aplicada con la mejor intención le quitó la vida en Linares y comenzó la leyenda y el mito… El destino de Manolete, no iba a ser como el resto de los mortales, no era el final feliz… Era un final presentido, casi natural, que conmocionó al mundo taurino dentro y fuera de España, que nos mostró de manera real, cruel, lo que es la verdad del toreo por eso se mantiene viva la fiesta brava… Puedes morir matando o puedes matar muriendo… Las dos mujeres que ocupaban su corazón no pudieron despedirle… Ni Doña Angustias su madre, la cual se hallaba veraneando en San Sebastián, ni la actriz Lupe Sino, no pudo acercarse al moribundo, no pudo despedirse de su amor… No la dejaron por temor a un posible matrimonio “in articulo mortis” y se quedó aguardando al torero en Lanjarón, a donde jamás regresaría… La familia de Manolete, Doña Angustias y su apoderado la rechazaban…A Manolete su leyenda, la hizo el pueblo… De boca en boca, el hombre se convirtió en mito… En historia… A Manolete no lo mató Islero, ni el plasma… Su destino era abrir la Puerta Grande de la Gloria Eterna… Y compartirla con Joselito y los otros grandes toreros que han dejado su vida en los ruedos… Manolete está más vivo que nunca…
Manolete es eterno
como la Fiesta Brava,
está vivo y presente
en cada tarde, en cada paseíllo.
¡Viva por siempre
El Monstruo..!