Salía Ponce sobre los terrenos del 8 y 7 a recibir al primer toro de su despedida de Madrid. Intentó recogerlo por verónicas sin éxito. El primer puyazo trasero y bajo de Agustín Collado, repitiéndolo en la segunda entrada partiéndose el toro la punta del pitón izquierdo. Se realizó la devolución de los trastos por parte del confirmarte al padrino. Lo macheteó un poco Enrique Ponce cogiendo la espada a continuación para entrar a matar. Pinchazo, estocada habilidosa y descabello. Silencio para Enrique Ponce.
Recibió Galván al último toro de Garcigrande tanteándolo por ambos pitones con el capote y rematando con dos medias en los medios. Propinó un primer mal puyazo casi inexistente Juan Pablo Molina, siendo el segundo mejor de colocación. Brindó en los medios David Galván. E inició la faena por estatuarios en la primera raya, prosiguiendo al natural al paso junto con trincherazos, saliéndose a continuación a los medios dando distancia para enganchar al natural y en redondo la embestida por este pitón del toro, despertando los primeros olés de la tarde. Cambió a la mano derecha continuando la fórmula de la distancia y en redondo, pero llevando al toro con el pico de la muleta y sin colocación alguna. Finalizó flexionando rodilla y con pases por alto sin eco alguno.
Estocada caída y 3 descabellos. 1 aviso. Saludos para David Galván.
Salía el cuarto de la tarde, primero de Juan Pedro Domecq que lidió en suerte para despedirse Enrique Ponce. Lo paró Enrique Ponce entre los terrenos del 8 y 7 con el capote por verónicas. Daniel López practicó la suerte de varas pegando un primer puyazo bajo, mejorando la colocación en el segundo. Saludaron en montera en mano con la plaza en pie Víctor Del Pozo por la lidia y Fernando Sánchez por banderillas. Brindaba al público Enrique Ponce poniéndose la plaza entera en pie. Inició por bajo sacándolo sobre la segunda raya en los terrenos del 7 al toro de Juan Pedro dejando vistosos muletazos, continuando por el derecho sin obtener una gran ligazón en las primeras tandas debido a las embestidas desenclasadas y con la cara arriba del toro. Prosiguió Ponce con muletazos sueltos siguiendo la misma fórmula del toreo que le ha caracterizado durante toda su carrera. Cambiaba al natural siguiendo la misma fórmula, terminando la tanda con una poncina y el de pecho. Volvió al derecho dando otra tanda por la misma senda y terminando por poncinas y abaniqueo, rompiendo la plaza en una ovación en pie excesiva. 1 aviso. Dos orejas para Enrique Ponce muy generosas que le abren la puerta grande el día de su despedida.