- El tenista español repite victoria en la hierba londinense y consigue su cuarto Grand Slam
- El murciano pasó por encima de un Djokovic desconocido en tres sets
La leyenda de Carlos Alcaraz es imparable. El tenista español sigue forjando su legado a pasos agigantados. A sus 21 años, el murciano ha conquistado sobre la hierba del All England Club su segundo Wimbledon y su cuarto Grand Slam.
Lo ha logrado con una exhibición ante Novak Djokovic, el siete veces campeón del torneo. Y lo ha hecho por la vía rápida, en tres sets, desplegando un tenis descomunal y minimizando al máximo a uno de los mejores tenistas de la historia, que solo pudo hacerle sombra en la tercera manga (6-2, 6-2 y 7-6). Wimbledon repitió la final de 2023, pero no el guion. Esta vez, el triunfo del español fue mucho más contundente.
Con este título, Alcaraz iguala a Manolo Santana y Arantxa Sánchez Vicario en el segundo puesto de jugadores españoles con más ‘grandes’ de la historia. Por delante solo tiene ya a Rafael Nadal.
Alcaraz empequeñece a Djokovic con dos primeros sets brillantes
Carlos Alcaraz fue un vendaval desde el inicio. El español había tenido dificultades para encontrar su juego en los primeros sets durante todo el torneo. Muestra de ello es que en tres ocasiones, ante Tiafoe, Paul y Medvedev, el murciano comenzó el partido con una manga de desventaja.
Ante Djokovic fue todo lo contrario. El número tres del mundo le rompió el saque al serbio nada más comenzar el choque. A partir de ahí, el español fue un ciclón que arrasó con todo a su paso. Enfrente, el balcánico fue una sombra de sí mismo. ‘Nole’ no fue capaz de encontrar su tenis en todo el partido y se mostró más vulnerable que nunca en una de sus pistas favoritas.
Alcaraz rompió por segunda vez el saque de su rival en el quinto juego y puso la directa. Firme con su saque y amenazante en cada resto, el número tres del mundo se apuntó la primera manga por la vía rápida (6-2).
El segundo set fue un calco. El murciano aprovechó la inercia de su brillante primer set y quebró el servicio de Djokovic a las primeras de cambio. El serbio, desencajado y sumido en la precipitación, se veía incapaz de contrarrestar el tenis del español. Su frustración se ejemplificó en la doble falta que significó el 5-2 para el murciano y que dejó la segunda manga vista para sentencia.
Djokovic saca su carácter de campeón, pero Alcaraz resiste y sentencia
Con dos sets a favor, el partido y el título parecerían decantados para el español ante cualquier rival. Pero no ante Novak Djokovic. El serbio tiró de carácter en la tercera manga y comenzó a mostrar una versión más reconocible de sí mismo.
Tras salvar cuatro bolas de break casi definitivas en el tercer juego, ‘Nole’ subió una marcha y el partido se igualó. Tuvo incluso la oportunidad de encarrilar el set en el sexto juego, pero desaprovechó un punto de rotura a su favor.
Lo que no logró el serbio lo consiguió el español. Alcaraz rompió el servicio del balcánico y se colocó en una posición inmejorable para lograr su segundo Wimbledon. 5-4 y 40-0 al saque. Tres bolas de partido y la gloria a un paso.
Pero en ese momento, quién sabe si los nervios, la presión o el hecho de tener enfrente a uno de los mejores de la historia, hicieron que Carlos le perdonase la vida a Djokovic. Perdonar al serbio no es una buena opción y menos en una final que ha ganado siete veces. ‘Nole’ se levantó de la lona y logró llevar la tercera manga al tie-break, un terreno en el que es un especialista. Pero hoy era el día de Carlitos.
El español no acusó el golpe de no haber podido cerrar el partido y tiró de grandeza en el desempate. Tiró ángulos, limpió líneas y sentenció el partido como un auténtico campeón. Su sonrisa, siempre presente, esta vez tenía un significado inequívoco. Ha ganado Roland Garros y Wimbledon en la misma temporada a los 21 años. Y ya ni nos sorprende.