A tan solo una semana de Navidad, la flota del Global Solo Challenge parece haberse adaptado al ritmo y la velocidad propios de los cuarenta rugientes. Bajo cielos grises y con temperaturas bajas, la mayoría de los barcos navega cerca de las Islas Crozet y Kerguelen. En cambio, Philippe Delamare a bordo de Mowgli, el barco en primera posición, está mucho más adelante, ya que acaba de cruzar el antimeridiano, el mismo día en que el barco más rápido de la flota, Vento di Sardegna de Andrea Mura, cruzó el Meridiano de Greenwich.
La entrada de Andrea en el extremo sur no fue fácil ya que, al navegar al sureste de Tristán de Acuña, su barco sufrió una tumbada de 90º, a continuación fue golpeado por una ola que hizo que el barco cayera, provocando una trasluchada involuntaria. Con la mayor contra los obenques, el barco quedó tumbado sobre el agua, hasta que el patrón italiano pudo retomar el control de la situación. Afortunadamente, no hubo daños.
La semana inició con la noticia de que Dafydd Hughes se retiraba del evento en Hobart, al considerar que su barco Bendigedig, en su estado actual, no estaba preparado para la exigente travesía a través del Pacífico hacia el Cabo de Hornos. Dafydd llevó a cabo una navegación inspiradora y sin fallos, que desafortunadamente tuvo que interrumpir en Hobart por problemas con el piloto automático principal. Aun reparando el piloto automático, las inquietudes continuarían para el resto del evento, dado que las limitaciones presupuestarias impidieron al patrón equipar sistemas de dirección redundantes y seguros. Esta situación llevó a Dafydd a la prudente conclusión de que ya había alcanzado sus objetivos y que no valía la pena arriesgarse a tres meses adicionales en el mar, con el riesgo de enfrentarse a problemas técnicos, sobre todo en el remoto Pacífico Sur, donde cualquier fallo podría tener graves consecuencias. Seguidores alrededor del mundo lo colmaron de mensajes de admiración y apoyo; sin duda, sus entretenidos blogs serán muy extrañados.

El jueves, Ronnie Simpson amaneció con la desalentadora noticia de un daño significativo en su vela mayor, un contratiempo que proyectó una larga y sombría sombra sobre la campaña del patrón estadounidense. Afectado por una serie de contratiempos y problemas, Ronnie reconoció que la prisa loca para llegar a la línea de salida significó que no tuvo la oportunidad de preparar el barco tan bien como le hubiera gustado para enfrentarse a los problemas técnicos inevitables que pueden surgir durante una circunnavegación, incluida la necesidad de realizar reparaciones a las velas. El tiempo se mantuvo relativamente manejable para que, el frustrado patrón, pudiera tener la oportunidad de actuar y reparar las dos roturas verticales en la mayor. Tuvo la ingeniosa idea de cortar trozos de tela de una vieja trinqueta y coser y pegarlos con sikaflex a la mayor y, con suerte, estos arreglos le permitirán seguir navegando. Está considerando una parada técnica en Fremantle o Hobart, no solo para acabar de arreglar la vela de manera más duradera, sino también para abordar otros problemas, como los que tiene con su piloto automático principal, antes de aventurarse en el Pacífico. Sin embargo, Ronnie todavía no ha tomado una decisión definitiva. Esta última semana la ha dedicado al control de daños, tanto en términos de preservar y reparar su vela, como de intentar perder la menor cantidad de millas posibles respecto a los barcos que están adelante y detrás.
Desde la semana pasada, Philippe Delamare en Mowgli sigue manteniendo hábilmente su liderazgo. El patrón francés, a quien una ola le arrancó completamente la capota de la bañera, no ha registrado ningún daño significativo. Navegando a lo largo del límite de hielo del Pacífico Sur, la seguridad de la tierra firme queda lejos, hasta el continente sudamericano. Su fortaleza hasta ahora ha sido poder cuidar el barco sin incurrir en problemas técnicos que le obligarían a reducir la velocidad. Philippe ha cuidado bien su barco, encontrando un equilibrio entre velocidad y seguridad. Ya ha enfrentado dos grandes depresiones, una de las cuales lo vio navegar en condiciones dantescas con vientos de 50 nudos y enormes olas de 8 metros. Philippe congratuló a Dafydd Hughes por todos los logros alcanzandos durante su travesía a bordo de Bendigedig y coincidió con la decisión del patrón galés sobre la necesidad de navegar con un barco completamente equipado para enfrentar las aguas remotas que quedan por delante.
Esta semana, Cole Brauer en First Light navegó de manera más conservadora en comparación con la semana anterior, durante la cual sufrió una tumbada de 90º que le provocó caerse y golpearse las costillas. Aunque compartió abiertamente que se lo estaba tomando con un poco más de calma durante un par de días para reagruparse y encontrar la energía para continuar, todavía logró recortar más de 300 millas al líder Philippe Delamare. L brecha entre los dos barcos se ha reducido no solo en millaje absoluto, que es de esperar ya que el barco de Cole es más rápido, sino también en términos relativos, con Cole reduciendo el tiempo estimado de llegada, calculado en días y horas.

Cole Brauer – First Light ©colebrauerracing
El formato singular del Global Solo Challenge, que destaca por su sistema de persecución y el cálculo del hándicap al inicio en vez de al final, exige una mayor astucia para evaluar el rendimiento relativo de los barcos. En términos muy sencillos, podemos decir que el primer barco en cruzar la línea de llegada gana, sin necesidad de cálculos adicionales. Sin embargo, se necesita un análisis para averiguar si un barco perseguidor está navegando lo suficientemente rápido como para alcanzar y cerrar la brecha de hándicap dada al inicio.
La clasificación en la página web del GSC ofrece algunas perspectivas sobre este aspecto y muestra la velocidad promedio de cada barco, así como la diferencia de millas y su conversión en un tiempo estimado de llegada. Lo que aprendemos de estos datos es que Mowgli de Philippe Delamare ha promediado 7.4 nudos hasta ahora, muy notable para un barco no planeador, mientras que Cole Brauer ha mantenido un promedio de 8.6 nudos, un promedio muy significativo para un Class40 de primera generación. Andrea Mura en Vento di Sardegna partió 3 semanas detrás de Cole y ha promediado 9.1 nudos, un promedio que probablemente aumentará en el largo tramo de los cuarenta rugientes. Los promedios simples no pueden ofrecer una visión de lo que podría esperarse si consideramos otros factores, como zonas más rápidas y más lentas de la circunnavegación.
Sin excepción, todos los barcos han aumentado su millaje diario con los vientos portantes de los cuarenta rugientes, lo que significa que podemos decir, con confianza, que los barcos promediarán sus millajes diarios más altos en el sur y no navegarán tan rápido desde Cabo de Hornos hasta la llegada. Por lo tanto, seguimos con extremo interés la brecha absoluta y relativa entre los tres barcos de referencia para las diferentes salidas: Philippe Delamare en Mowgli, Cole Brauer en First Light y Andrea Mura en Vento di Sardegna. Philippe necesita llegar a Cabo de Hornos con un margen significativo si quiere mantener a raya a su joven y talentosa patrona estadounidense y al veterano regatista italiano. Si consideramos que a Philippe le quedan aproximadamente 4,000 millas en el rápido sur, a Cole unas 7,500 y a Andrea unas 10,500, podemos empezar a anticipar una batalla furiosa por la victoria final con todos los resultados aún abiertos. Aunque Philippe ha navegado un evento impecable hasta ahora, ganando cada parte de su ventaja con habilidad, no podrá relajarse hasta el final.
No creo que haya buena o mala suerte en una circunnavegación tan larga y creo que en 25,000 millas cada uno tendrá su parte de condiciones más lentas o más rápidas de lo esperado. Sin embargo, el regreso a casa subiendo por el Atlántico Sur es notoriamente lleno de baches, los vientos pueden ser favorables o desfavorables alrededor de las Malvinas, y las altas presiones flotantes de las latitudes de los caballos siempre pueden arrojar un obstáculo en el camino. Solo podemos esperar y ver, pero anticipo mucha emoción. A diferencia de los eventos tradicionales con una sola salida, aquí tenemos un barco líder que, sin embargo, no es el más rápido, y barcos perseguidores que siguen mordiendo desde atrás, de modo que está lejos de ser una regata de arrastre donde los ricos se enriquecen más con posiciones típicamente alteradas solo por accidentes y problemas técnicos.

David Linger – Koloa Maoli ©davidlinger
Catorce barcos están actualmente en el mar y siguen participando en el evento, todos ellos ya en el hemisferio sur. Kevin Le Poidevin, Alessandro Tosetti y Andrea Mura se encuentran en el Atlántico Sur y solo Philippe Delamare está en el Pacífico, dejando un grupo de 10 barcos navegando actualmente en el Océano Índico Sur.
Este grupo, liderado por Cole Brauer, tiene a Ronnie Simpson justo detrás, tercero en el agua y en términos de tiempo esperado de llegada. Los problemas con su vela mayor le costaron más de 300 millas sobre su compatriota en tan solo una semana, pero la pérdida no ha sido tan grave como podría haber sido en otras condiciones climáticas; Ronnie logró mantener buenas velocidades incluso mientras su mayor estaba bajada para llevar a cabo los arreglos.
El italiano Riccardo Tosetto en Obportus ha registrado algunos días de navegación rápida, ganando confianza y elevando el listón en los cuarenta rugientes, manteniendo izado algo más de vela de lo que había hecho al princpio en el sur. Su principal preocupación y dolor de cabeza había sido la pérdida de su sensor de viento principal, que, sin embargo, parece haber arreglado, en principio se trataba únicamente de un cable de conexión ligeramente oxidado.
Pavlin Nadvorni en Espresso Martini sigue deleitándonos con su ingenioso blog que siempre logra sacar una sonrisa o una carcajada. Pavlin ha visto a su compañero de regata Ari Känsäkoski en ZEROchallenge detenerse en Ciudad del Cabo para reparaciones y reiniciar. Pavlin, a pesar de afirmar que está tomando un enfoque muy conservador, está adelantando muchas millas en los cuarenta rugientes.

Louis Robein en Le Souffle de La Mer III, quien había navegado de manera bastante conservadora hasta el Cabo de Buena Esperanza, parece estar disfrutando de las rápidas condiciones de viento de las latitudes más altas. Se tomó con humor dos casi vuelcos al orzar en dos ocasiones, viendo todas sus pertenencias reorganizadas ordenadamente en el lado de barlovento del barco.
François Gouin en Kawan3 – Unicancer y David Linger en Koloa Maoli también han sido bastante rápidos esta semana, con días constantes de 200 millas, similares a las millas cubiertas por Riccardo Tosetto y Ronnie Simpson más adelante, lo que indica que finalmente han encontrado su ritmo y velocidad en el sur.
Edouard de Keyser en Solarwind ha encontrado una renovada confianza en su barco después de las reparaciones en Ciudad del Cabo y las mejoras en el equipo, y siente que finalmente está listo para esta circunnavegación después de todas las pruebas y tribulaciones de las primeras etapas. Es el barco más pequeño que queda en la flota, pero lo está llevando muy bien. A pesar de su tamaño, puede surfear y, por lo tanto, rendir bien con vientos portantes.
Ari Känsäkoski en ZEROchallenge ha tenido un reinicio bastante lento desde Ciudad del Cabo, manteniéndose quizás demasiado al norte en lugar de buscar inmediatamente alcanzar los cuarenta rugientes. Después de un par de días dolorosamente lentos, ahora ha vuelto a ganar velocidad.

Ari Känsäkoski – ZEROchallenge ©globalsolochallenge
Andrea Mura adelantó a Alessandro Tosetti alrededor de Tristán de Acuña. Los dos capitanes italianos navegan en barcos muy diferentes y con enfoques y objetivos distintos. Alessandro ha tomado decisiones conservadoras, especialmente porque tuvo que lidiar con algunos problemas de equipo que lo hicieron favorecer una ruta más al norte, alejada de los fuertes vientos más al sur. Andrea, por otro lado, con un largo historial de regatas oceánicas, todavía está encontrando el equilibrio entre velocidad y preservación del barco. Después de la tumbada de 90º que sufrió, decidió quitar sus outriggers, que a menudo tocaban el agua y corrían el riesgo de dañarse, y está tratando de encontrar el punto óptimo para la máxima velocidad, ya que en su caso puede ser más rápido en vientos más ligeros, siendo su principal enemigo los mares agitados y cruzados que le impiden navegar a su máximo potencial.
Por último, pero no menos importante, Kevin Le Poidevin ha pasado varios días esquivando y negociando el paso entre los chubascos ecuatoriales hasta que cruzó el ecuador y se enganchó a los vientos alisios más estables del sureste. Kevin también está logrando un equilibrio entre velocidad y preservación del barco, sabiendo que la ruta aún es muy larga y que su campaña autofinanciada no le permitió tener equipos y velas completamente nuevos, lo que amerita precaución extra para evitar averías innecesarias.
Desde el primero hasta el último, cada patrón ha tenido que lidiar con todas las pruebas y tribulaciones de una navegación en solitario tan larga. Los cuarenta rugientes están poniendo a prueba la resolución de los patrones con los largos días bajo cielos grises, las bajas temperaturas y el implacable carrusel de bajas presiones barriendo sobre ellos. Ha sido una semana de crecimiento para toda la flota. La emoción, la novedad y los desafíos han impulsado a los patrones a crecer en confianza y, sin excepción, a demostrar que tienen lo necesario para perseverar en este enorme desafío personal.